Reseña de Destiny: un fracaso glorioso

Por Juan Carlos Rincón Escalante

(Esta reseña fue publicada originalmente en Vice Colombia)

Destiny es el fracaso no fracaso más espectacular de la historia de los videojuegos. O, por lo menos, en la historia de las últimas dos generaciones de consolas. Cuando Bungie, los míticos creadores de la saga Halo, decidieron independizarse del Master Chief y de Microsoft, Activision les ofreció 500 millones de dólares para que hicieran lo que quisieran. La apuesta financiera, aunque sin precedentes en la industria, no era muy arriesgada: Bungie tenía en aquel entonces la reputación de ser un estudio capaz de producir éxito tras éxito, a nivel de crítica y de audiencia. Todos quedamos a la expectativa y el fuego de la curiosidad aumentaba con cada anuncio: que iban a construir un multijugador masivo online, que iba a tener una historia, que iba por fin a mezclar bien los RPG con los FPS, que habían contratado a Peter Dinklage (de Game of Thrones) para darle voz a un personaje, que el juego iba a ser una trilogía con varias expansiones, que lo iban a lanzar en la nueva generación de consolas al igual que en la vieja, que se nos venía una revolución similar a la que trajo Halo hace ya más de una década. Difícil que Destiny, el producto de toda esta anticipación, no decepcionara con tantas promesas detrás.

La primera pista la dan las tres clases de personajes que ofrece el juego, que en realidad son la misma cosa. Después, cuando uno escucha el trabajo de Dinklage, no entiende cómo desperdician tanto talento en un personaje tan plano. Si hay una historia detrás de todo el mundo que construyeron (y Bungie insiste en que la hay), no queda muy claro cuál es, y las pocas pistas que da la campaña son poco interesantes. Después de un tiempo, las misiones se tornan en una repetición de las mismas ideas que han plagado la industria los últimos diez años: ir a un lugar, recoger algo, luchar contra olas de enemigos, ir a otro lugar, recoger algo, luchar contra olas de enemigos, y todo sin una motivación.

Destiny me parece profundamente aburrido, aunque por un tiempo estuve adicto a él. ¿La razón? Lo que les dije, jugarlo es un placer y detrás de todo hay la promesa de algo más grande. Destiny es un fracaso porque decepcionó, pero no lo es porque hizo toda la plata del mundo en ventas, lo que le da a Bungie carta blanca para mejorar las cosas en Destiny 2. Tal vez ahí sí nos traigan la revolución profesada.

Creador: Bungie
Plataforma: PlayStation 4, PlayStation 3, Xbox One y Xbox 360

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