La promesa del «Hombre de Acero»

Man of Steel

Por Juan Carlos Rincón Escalante

Superman es una franquicia complicada. Pese a ser el superhéroe icónico de DC Comics, los intentos recientes por llevarlo a la pantalla grande han fracasado estrepitosamente. Superman Returns (2006), la apuesta de 270 millones de dólares de Warner Bros., a duras penas pudo recaudar su presupuesto original. Desde entonces, Marvel ha hecho un negocio redondo con todas sus películas de los Vengadores y Christopher Nolan le inyectó cierta grandeza a un género subestimado con su trilogía de Batman. Ahora, en el momento cumbre del cine de superhéroes, regresa el Hombre de Acero, dirigido por Zack Snyder (300, Watchmen), producido e ideado por el mismo Nolan, y respaldado por 225 millones de dólares y una campaña publicitaria masiva. Sobre sus hombros pesa un proyecto mucho más grande: DC Comics y Warner Bros. quieren hacer lo mismo que Marvel con los Vengadores, y este es el primer paso en un camino que terminará en una película de La Liga de la Justicia. Por eso Hombre de Acero se siente más como una promesa que como un producto digno de admirar.

La historia comienza en Krypton. Allí vemos a Jor-El (Russel Crowe) y a Lara Lor-Van (Ayelet Zurer), padres de Kal-El, el primer niño de Krypton nacido por parto natural en siglos. Krypton está al borde de un colpaso (provocado por los mismos habitantes del planeta) y hay un intento de golpe de estado orquestado por el General Zod (Michael Shannon), una especie de purista racial que quiere devolver Krypton a su gloria perdida. Jor-El decide enviar a su hijo a un planeta lejano (la tierra), y con él envía el códice, un compendio de todo el material genético de Krypton y principal interés de Zod. Ya en la tierra, Kal-El (Henry Cavill) es adoptado por los Kent: Jonathan (Kevin Costner) y Martha (Diane Lane), y su extraordinario origen es ocultado por varios años. En su madurez (33 años), Kal-El descubre su origen y, sin darse cuenta, le da su ubicación a Zod. Durante ese tiempo, Lois Lane (Amy Adams), una periodista experimentada, rastrea los secretos del hombre de acero. El resto es desarrollo de estas premisas básicas.

La poco breve «síntesis» anterior demuestra el primer problema del Hombre de Acero. Como es una historia de origen, tiene mucho que contar y cada escena parece estar cumpliendo un requisito rígido de construcción del argumento. Si bien utilizar flashbacks a la niñez de Kal-El es un recurso bien utilizado, la película no logra crear conexión emocional.

Lo anterior es una lástima, porque todo el reparto está dando su mejor interpretación. Ayelet Zurer le roba a Russel Crowe todas las escenas que comparten, aunque Crowe también está excelente; Kevin Costner es un gran Jonathan Kent y vende todas sus líneas con un sentimiento increíble; Amy Adams se come el papel de Lois Lane y la convierte en una mujer brillante y necesaria para el universo que están creando; Michael Shannon es un Zod intenso y con profundidad (aunque su actuación es mucho mejor en este video), y Henry Cavill hace un papel correcto como Superman. El talento está, el problema radica en la historia. Y en el guión…ese guión.

Hombre de Acero fue publicitada como la nueva Batman. A diferencia de los productos de Marvel, Snyder adoptó el estilo de Nolan: colores opacos, cinematografía bien cuidada, y planos amplios y lentos, todo acompañado por una banda sonora de Hans Zimmer que, como siempre, hace un muy buen trabajo. El problema es que el director, conocido por su extravagancia visual (vean el trailer de Sucker Punch, 300 o Watchmen y entenderán de qué hablo), se concentra mucho en el espectáculo y poco en los puntos interesantes del guión. Entre tanta frase y sacrificio ridículo, había mucho potencial para explorar. El villano no era, en realidad, un villano; la humanidad descubre con Superman que no está sola y que no es todopoderosa; las religiones se ven ridículas ante la presencia los alienígenas; el miedo al cambio y a lo diferente se menciona constantemente, pero nunca se muestra como es debido. Tal vez por no arriesgar mucho, o tal vez por tener mucho que cubrir en poco tiempo, la película se queda en la superficie y se torna aburrida. La tierra estuvo al punto de ser aniquilada y Superman ni siquiera se despeinó.

La acción creada por computador de Hombre de Acero hubiese sido suficiente entretenimiento hace ocho años. Sin embargo, Iron Man 3 y El Caballero de la Noche han elevado el estándar para lo que se espera de una película de superhéroes. En un mundo cínico, con una audiencia inteligente y exigente, la historia de un hombre de acero, con una moral intachable y un peinado perfecto, no es lo más atractivo. Snyder y compañía lo saben, por eso dan indicios de la vulnerabilidad y el trasfondo del universo que iniciaron. Con un excelente recaudo el fin de semana de su estreno, el Hombre de Acero es más una promesa del potencial de la franquicia, de lo que viene. Esperemos que en la segunda se arriesguen más. Superman lo merece. Nosotros también.

Nacionalidad: Estados Unidos
Fecha de estreno: 14 de junio de 2013
Director: Zack Snyder
Guión: David S. Goyer
Reparto: Henry Cavill, Amy Adams, Michael Shannon

1 Comments on “La promesa del «Hombre de Acero»”

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