Entre tanta desolación
Quería matar tu recuerdo quemando las cartas que me enviaste…pero todo lo hiciste por internet, así que quemé el computador.
Sí, no fue mi momento más brillante, pero ya no me quedan momentos brillantes. Ya sólo me queda nada, y un poquito de dolor. Sólo un poquito, el suficiente para extrañarte llorando.
Me da risa, porque todos me dicen que esto pasará, que vendrán tiempos mejores, mujeres hermosas, alegrías, y toda esa basura, pero no ha pasado. Y, honestamente, ya no me quedan ganas de esperar a que el tiempo y mi memoria se apiaden de mi corazón. Nunca he sido un hombre paciente, ese fue uno de mis problemas. Quería, y quería, y te pedía, y te pedía, y tú sólo me decías que esperara, que te diera tiempo, pero yo seguía presionando.
A veces pienso que es tu culpa. Bajaste mi guardia. Yo pretendía perderme por tus curvas una vez, y sólo una vez. Pero tú me hospedaste en tu corazón, y yo me amañé. Ese pedazo de cielo, de bondad. Fui feliz, y por eso estoy eternamente agradecido.
Pero partiste, tal y como lo prometiste. Y yo me quedé, con ganas de nada, buscando cartas para quemar, alimentando tu recuerdo con mis palabras.
Q liindooo 🙂
Muchas gracias 🙂