IMAK
La noche que le gritaba a la luna, la noche que soñaba por mi desespero, sentía seguridad pues a mi lado estaba un lucero, uno más brillante que el mismo sol. Era tú corazón, brilla siempre más que el mismo sol, inspira más que la luna y opaca a las estrellas cuando lo tengo cerca a mi. ¿Recuerdas la brisa de aquella noche? Refrescaba tu cara pues te quería abrazar, en mis brazos te defendí pues mi corazón lo pedía a gritos, todo mi cuerpo era tu guardián, alejando el frio y los malos sueños para que tú mente descansará, te veías tranquila y yo suspiraba de felicidad, por primera vez entendía el amor que tus ojos irradian.
Eres mi heroína, has sobrevivido más batallas que las que los números pueden contar y sigues igual, hermosa y poderosa, con una sonrisa tierna y hechizante. El calor que ofrece tu pecho llega hasta el alma, juega con las ilusiones y realza el poder del corazón, eres capaz de darle vida a cualquier sueño con tan solo una mirada, eres quien siempre está dispuesta a oir mis llantos toda la noche sin olvidarte de hacerme reir cuando el amanecer indique el nuevo día, eres un angel hecha persona, eres mi angel de la guarda.
¿Recuerdas la noche que le grite a la luna? Le reclame por amores perdidos pero en secreto le agradecía, pues a mi lado te tenía, caminando sin fin, mostrandome tus hermosos sentimientos y dandole un buen lugar a los mios. Hoy le agradezco a la luna por haberme cruzado una noche en tú camino, pues desde ese instante mi corazón entendió que una mitad de si mismo ya no le pertenecía, se fué contigo y siempre allí se quedará.