Prohíban las elecciones estudiantiles

Por Juan Carlos Rincón Escalante

Sergio Fajardo prohibió los desfiles de moda en colegios públicos de Antioquía con un argumento contundente: en el colegio se aprende, no se desfila. El Gobernador dijo que no iría ni un peso del erario departamental para financiar concursos de belleza y, en oposición, dijo que se crearían concursos que fomenten el talento en las mujeres.

Mi invitación es a que se replique esta prohibición en el resto del país y que vayamos un paso más allá: prohibamos las elecciones a personero y las clases de debate en los colegios.

Empecemos por las elecciones. En teoría, son un ejercicio maravilloso de pedagogía democrática donde los estudiantes toman conciencia de la importancia de votar y participar activamente en las decisiones que los afectan. De allí, se dice, se construye un electorado que nutrirá y mejorará la democracia colombiana. En la práctica, el puesto al que aspiran los candidatos no tiene funciones reales (ni una influencia relevante en las decisiones del colegio) y, por ende, sus propuestas sólo pueden apelar a una cosa: la popularidad. Año tras año se realizan campañas que se construyen sobre el carisma personal, las redes de amigos y la capacidad de disfrazar promesas vacías. El resultado es doblemente negativo: los candidatos aprenden que la política es un tema más de forma (y de relaciones) que de fondo; los electores aprenden que las propuestas no importan, que su voto es irrelevante y que la política es una faena superflua. Al colegio vamos a aprender, no a desfilar.

Incluso en aquellos colegios donde el personero/consejero recibe voz en la junta directiva, su capacidad de acción, proposición y ejecución es nula. Las elecciones terminan siendo un ejercicio cínico: sin importar lo que los estudiantes, electorado primario, quieran, siempre priman las decisiones de una institución (la junta directiva y el rector, o algún ente análogo) supra democrática y que, en muchos casos, es motivada por intereses económicos (de subsistencia del colegio, etc). Cualquier parecido con la realidad, muchachos, es pura coincidencia.

Sobre los debates, más que una prohibición propongo una enmienda. Todos los concursos y clases que he podido observar en colegios premian la forma. Basado en una noticia o en un tema cualquiera, se invita al estudiante a que hable, y hable, y hable de la forma más convincente y segura posible. Se le enseña a improvisar, se le premia la aparente contundencia de argumentos fáciles. Los profesores caen también en ese juego de hablar y opinar sin conocer. Cuánta basura se dice en esos ambientes. El problema es que no se invita a conocer las complejidades de un tema, no se premia la síntesis basada en conocimientos claros, no se fomenta la duda. El resultado de eso es claro: aprendemos que debatir es saber hablar, jamás conocer. Construimos una Colombia donde aparentar es preferible a ser.

Después se preguntan por qué nuestra democracia está llena de discursos vacíos y electores desinteresados. Es que en el colegio nos enseñaron a desfilar.

2 Comments on “Prohíban las elecciones estudiantiles”

  1. Hola Juan Carlos, ya lo denunciaba hace muchísimos años Aristófanes, en la no tan perfecta democracia ateniense, por boca de uno de sus personajes: «Dicen que con ellos están los dos Argumentos, el Mejor, sea como sea, y el Peor. De esos dos Argumentos, dicen que el Peor gana los pleitos defendiendo las causas injustas. Así que, si me aprendes ese Argumento injusto, de lo que ahora debo por tu culpa, de todas esas deudas, no tendría que devolver ni un óbolo a nadie». Siendo Aristófanes, como Mutis, «gibelino, monárquico y legitimista», vivía aterrorizado de los frutos que la democracia producía. Me parece a mí, guardadas las proporciones, que es la democracia —desde siempre— el terreno fértil para que los discursos vacíos y los electores desinteresados crezcan como abrojos, a pesar de las buenas voluntades que aparezcan denunciando aquellos y empoderando a éstos. Rimbaud decía: «¿Debilidad o fuerza? Héte aquí: ¡Es la fuerza!» Y con pesar creo que es, en últimas, el sostén de toda democracia: No la fuerza de los ciudadanos normales, sino la de aquellos que detentan el Poder (así, todo exagerado, con mayúsculas). Siendo monos de feria bailando al ritmo del organillo que otros tocan, no creo que tengan interés para quienes toman las decisiones las cacofonías estridentes que nuestros aullidos hagan mientras bailamos. Un abrazo.

  2. Juan Carlos: Camilo Durán Casas dijo alguna vez que: » vender ilusiones es muy fácil, pues por ellas, nadie pide rebajas». En este caso Ud., no sólo le compró a ojo cerrado la ilusión a Fajardo, sino que intenta vendérsela a los demás sin reparar en el paternalismo implícito que estas propuestas llevan por dentro. Sobre ese tema, Alejandro Gaviria plantea un análisis interesante en una de sus últimas columnas del Espectador: http://agaviria.blogspot.com/2012/08/estado-paternalista.html

    Y Digo que es una ilusión lo que proponen Fajardo y Ud, (sobre todo Ud.) Porque el problema de los discursos malos en polítíca y el bajo número de votantes no puede reducirse a solo dos variables (debates y elecciones estudiantiles). ¿Dónde queda el nivel de los profesores en el colegio? ¿La motivación por parte de los padres en la casa? ¿La cantidad y la calidad de libros que lee en promedio un estudiante? ¿Los problemas económicos de las familias que impiden en muchos casos comprar los útiles escolares?

    Ninguna de estas variables fue considerada por Ud. en su artículo. Es más, no mencionó una sola estadística. Es una simple ilusión creer que prohibiendo (como suena de feo esa palabra) las elecciones estudiantiles se va a lograr mover, así sea un poco, el complejo mundo de la política y el de los votantes.

    No sobra decir que al colegio no se va solamente a aprender contrario a lo que cree Fajardo. A lo que casi siempre se va, es a prepararse para la vida. Y no me venga a decir que prepararse para la vida implica un aprendizaje. Ambos sabemos que a lo que Sergio se refiere es al aprendizaje académico, aportado únicamente por el estudio.

¿Qué piensas?

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.