Así se siente cuando tu vida no es tuya

Por Juan Carlos Rincón Escalante

Que mi vida no es mía es algo que sé desde hace un tiempo, pero no he sido capaz de explicarlo.

Es una certeza ininteligible, como tantos síntomas de los desequilibrios químicos en el cerebro. Presiento que, entre todos los distintos tipos de arte, la escritura es la menos propicia para describir la maraña de pensamientos inconclusos e incoherentes que se forman en medio de la neblina. Me hace falta saber pintar, o componer, para intentar siquiera darle algo de claridad a lo que siento. La depresión es un cuadro de Pollock.

“One: Number 31, 1950", por Jackson Pollock, 1950.

“One: Number 31, 1950″, por Jackson Pollock, 1950.

Aunque también puede ser que simplemente no tengo el talento —ni el vocabulario— para describirme y prefiero hacer negaciones categóricas antes que aceptar mi mediocridad.

Pero ese no es el punto.

No tengo ni un instante de tranquilidad. Allí a donde voy, haga lo que haga, me acompaña un desespero incesante; inoportuno. Me descubro rogándole misericordia a mi mente.

Ay, por favor, sólo un momento, un momentico; un segundito de calma; de no pensar; de no sentir; de no querer echarme al piso en posición fetal y entregarme a la desazón.

Ay, por favor, por caridad, no más las voces que me dicen lo inútil que es mi existencia; lo ridículo que es mi andar; lo repugnante que es mi piel; lo imbécil de todas y cada una de mis ideas; lo irracional que estoy siendo al pensar todo esto y aún así ser presa de mis adjetivos negativos.

Misericordia. Misericordia. Misericordia.

No más tener que mirar al vacío mientras me concentro en mi respiración y me digo una y otra vez que soy el aire que entra y sale y la nariz que siente ese aire y el cuerpo que está pegado a la nariz y que toda mi vida es este momento y nada más y que las expectativas sociales no son más que espejismos construidos para presionarnos pero no determinantes ineludibles de mi identidad y mucho menos de mi valor como ser que existe.

No más tener que escribir cualquier cosa, cualquier grito, cualquier seguidilla de palabras plagadas de dolor para distraer la mente y que deje de acuchillarme la voluntad.

No más que todo eso fracase y vuelva al borde del abismo.

Así se siente cuando tu vida no es tuya. Es la ambivalencia omnipresente de querer hacer de todo, crear, apostarle a la tragedia agridulce que implica el darse permiso de vivir, de fracasar, de perseguir las ambiciones y construir relaciones llenas de amor, unida a esa otra compañía de una mente traicionera, metódica, cruel, terca y disciplinada en su mezquindad.

Es suplicar cada segundo de cada minuto de cada hora de cada día de cada semana de cada mes de cada año. Hasta que haya misericordia. Si es que algún día la habrá.

Posdata: la imagen destacada se llama «Mind Vomit» (vómito mental), de un autor anónimo que la envió a un proyecto que busca destruir el estigma contra las enfermedades de la mente. Visiten The Perspective Project para ver más.

«La palabra misericordia viene del latín misericordia formado de miser (miserable, desdichado), cor, cordis (corazón) y el sufijo -ia. Esta palabra se refiere a la capacidad de sentir la desdicha de los demás». – Etimologías.

 

5 Comments on “Así se siente cuando tu vida no es tuya”

  1. Genial Juan Carlos. Simplemente es todo un arte como escribes tratando de representar lo que sientes, leyéndolo, me sentí cercana a lo que piensas.

  2. Me ha encantado, ha sido un escrito con una profundidad y un sentido muy especial que se puede sentir desde el primer párrafo. Espero seguir leyendo cosas como esta, de verdad ha sido muy bueno. Gracias.

  3. Las enfermedades mentales son una mierda. Tú no.
    Gracias por los textos que desde la ausencia ayudan a hacer catarsis aun cuando mi estado mental no es igual al tuyo.
    Das paz entre el caos.
    Se siente bien que saber que mí cabeza no es la única que hace ruido.
    Espero la tuya encuentre calma y deje de gritarte lo que no eres.
    Ojalá entienda lo bueno que haces con el mundo y para el mundo. Una vez más gracias.

  4. Me cuesta creer que detrás de esa sonrisa tan linda exista tanta oscuridad.

    Te admiro y me encantas.

    Aunque no entiendo por lo que pasas, sé de algo que te puede gustar. En youtube lo encuentras como the riverman, es un músico de mi ciudad. Sé que sus letras te podrían gustar.

    Por lo pronto me gustan las tuyas.

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