Introducción (I)
Introducción a «Sueños Mentirosos», un libro que contiene la recopilación de mis mejores escritos.
Varios años han sido sepultados desde la noche en que decidí empezar a mentir. En el principio todo era depresión; mis palabras eran un rústico platillo de lagrimas, gritos desesperados y depresiones acentuadas por el doloroso hecho de no tener motivos para quejarse. Sí, lo peor que le puede pasar a un adolescente es encontrar estabilidad en una época donde las hormonas y las ideas se encaminan al radicalismo. No era el más guapo o popular, por eso nunca gocé de muy buena autoestima (veran, soy en extremo competitivo). Sin embargo, mi inteligencia y moderada socialidad evitaba que cayera en el rango donde sentir pena por uno mismo se vuelve aceptable.
Entonces, no era el putas boy de la pradera city, pero tampoco era el rechazado a quién nadie le prestaba atención. Justo cuando deseaba entregarme a un radicalismo revolucionario y desafiar al mundo con mis palabras, encajaba perfectamente en el status quo de la sociedad. En otras palabras, estaba jodido.
Por supuesto, entiendo que esa situación evitó posibles traumas o dolores que marcarían mi vida para siempre, pero eso no me interesaba. Si no podía ser el mejor en la escala social, al menos sería el cabrón más inteligente y sagaz, quería que mis palabras manipularan -aunque, en ese entonces, prefería decir inspiraran– sentimientos a mi antojo. Tenía una sola certeza en la vida: mi vehículo al éxito eran las palabras.
Es fácil imaginar mi frustración al no tener una fuente de inspiración directa para mis escritos. Sí, me deprimía no tener motivos para deprimirme.
Después de un tiempo encontré la solución a mis problemas: mentir. Mi primer escrito fue una introducción -similar a esta- a un blog que había creado recientemente. Me fascinaba esa herramienta pues era la vía más rápida para difundir mis mentiras (pensamientos) y podía crear un personaje ajeno a mi, pero igual de -o quizá, más- real.
Todo empezó como un diario, las crónicas de una vida adolescente. Narraciones en primera persona de eventos en mi vida que eran una mezcla entre imaginación y realidad. Poco a poco fui construyendo un mundo del cual partirían todas mis historias. Mi vida y mi diario eran la excusa perfecta para inventarme sueños, amores perfectos y situaciones de agonía total.
Así fue como descubrí el mundo de las palabras, ese donde yo era -o, me creía- la única ley. Y, cuatro años después, nace este nuevo proyecto que mezclará ideas del pasado con tendencias del presente y evoluciones -espero- en el futuro cercano.
Puedes, sin duda, hacer caso omiso de mis advertencias y aventurarte entre mis textos con la idea de conocerme, pero si en algún momento crees haberme descubierto, ten cuidado, piensa dos veces, recuerda que navegas entre sueños mentirosos.