Dejame odiarte, por esta noche
Te quiero pedir un favor, el último que sale de mi corazón: tápate los oidos.
Esta noche quiero gritar, ofender tu nombre y tu recuerdo con todas mis fuerzas…
Quiero que las estrellas enumeren tus errores, tus fallas, tus mentiras, tus traiciones, tu falsa sonrisa…
Quiero golpear la tierra, dejarla sin aliento, lastimarla…lastimarte…
Quiero desvirtuar tus palabras, descubrir tus falacias, entender que eras falso, que eras una simple fantasía…
¿Fantasía? No, eras un simple sarcasmo, disfrazado de orgasmo…
Eres mi dolor, mi silencio, mi tristeza, mil momentos perdidos…mirandote…
Eres un cabrón, un hijo de puta, un malparido, mentiroso, manipulador, odioso, fracasado, mediocre…no eres poeta, ni político…ni fingir lo haces bien….
Y lo sabes, más que yo…no finges bien, te muestras sin pudor…tu carne, desigual, sinceramente mentirosa…
Eres una mentira, la verdad es una maldita mentira…
En mi corazón ya no estás, no perteneces, jamás estuviste, solo te usé…perdiste, en tu propio juego, nunca te diste cuenta de lo poco que te amé…
¿Te amé? No, solo te olvidé…
Te olvidé…y ya no me haces falta, ya no te extraño…ya no, eso es aceptar que me hiciste daño…
Si, me has hecho daño, y ya no digo hiciste, porque lo sigues haciendo…
Y lo haces, condenado, cada vez que miro al espejo me encuentro repugnado…
No es tu culpa, lo sé…soy yo, soy extraño…
No me creas, esta noche todo es mentira, solo quería odiarte…esta noche…
Esta noche solo quería hablar de nuevo con el espejo…sin esperar respuesta…como siempre…
Esta noche, solo quiero decir algo que no escucharás…aunque lo sé, no has tapado tus oídos…
Sé que me escuchas, con tu sonrisa de suficiencia, con tu ironía, con tu inteligencia, con tu mirada despiadada, con tu historia mentirosa…¿Sabes quién eres?…¿Sabes quién soy?…
Ya no importa, solo te digo algo esta noche:
Juan, sós un hijo de puta cabrón!
De nuevo te encuentro odiando… este vez…algo más allá de tu existencia.
De nuevo te siento solo… con esas soledades burocráticas, que se organizan, se amotinan y libran batallas enteras…con esas soledades que no sienten y no perdonan palabra.
De nuevo te escucho… ¡si! ¡Si! Tus gritos… ahogados, constantes…silenciosos.
Nuevamente … estas al frente del Espejo … esperando … Un golpe.
«Juan, sós un hijo de puta, cabrón!»
Te quiero.
Corazón.
Recuerdo con todas mis fuerzas la estrella, dejarla sin aliento.
Tus palabras, fantasía, orgasmo mirandote.
Eres poeta, político, lo haces bien.
Finges bien, sinceramente.
La verdad es, en mi corazón estás, perteneces, te amé.
¿Amé? No, me haces falta, te extraño, eso es aceptar que lo sigues haciendo.
Cada vez que miro al espejo.
Es tu culpa, soy yo.
Solo quería esta noche.
Hablar de nuevo con el espejo, esperar respuesta.
Solo quiero decir algo: Sé que me escuchas, tu sonrisa, tu mirada, tu inteligencia, tu historia…
Sabes (que) importa, Juan.
Juan, importa, Sabes tu historia tu mirada tu inteligencia tu sonrisa
Sé que me escuchas.
curiosamente cuando estaba leyendo este texto,tras un frustrado dia es el que al parecer toda Bogotá me pego la primiparada, quería llegar a leer algo mas en tu blog, pues creo que la curiosidad, es uno de mis mas virtuosos defectos. Pero hubo algo raro, después de sentir melancolia porque senti como si este texto ya lo hubiera grabado un montón de veces en mi mente y piel,levante mi cabeza, observando fijamente mi rostro en aquel manchado espejo de mi armario ( que creo que lo hacia antes ver las real) dije:
Carlos, sos un hijo de puta cabrón!