A Chávez le falta la sutileza de los políticos colombianos
Escuchando noticias, me he enterado de que el gobierno de Hugo Chávez ha iniciado un proceso contra Globovisión, todo porque este canal (principal opositor del gobierno desde el cierre de RCTV) dio un espacio para que el editor de un diario regional dijera que Chávez debe cuidarse de no terminar como Benito Mussolini, «colgado con la cabeza para abajo».
La reacción de los chavistas y el gobierno de Chávez no se hizo esperar, inició el escandalo y se dio la orden de investigar al canal privado, con la amenaza de sancionarlo (en lenguaje chavista: censurarlo).
El alegato del gobierno se basa en que, supuestamente, el canal está fomentando la conspiración contra el presidente y su asesinato.
Sin embargo, los argumentos del gobierno se ven como una excusa más para privar de sus libertades al único medio (visual) que hace una oposición fervorosa y resistente, con el precedente de RCTV, Chávez va alimentando su imagen de dictador.
A pesar de todo, las cosas no tienen que ser de esta forma para el dirigente rojito, rojito. Si Chávez, o alguno de sus ayudantes, le dedicara un poco de su tiempo a investigar sobre historia reciente (y no tan reciente) de Colombia, encontraría una sútil solución a todos sus problemas de oposición que ha sido ampliamente utilizada por los políticos colombianos: silenciar al enemigo.
Permitanme citar un caso que ejemplifica lo que quiero exponer: Jaime Garzón. Periodista colombiano reconocido por su ingenioso humor político, todas las noches este señor, sin pelos en la lengua, ponía ante los ojos del país las hipocresías de nuestro sistema político.
Ni siquiera nuestro nuestro actual presidente, Álvaro Uribe, se salvó de los apuntes del humorista.
Luego de enojar a más de uno, Jaime Garzón fue asesinado en un atentado cuyos hechos no han sido esclarecidos, pero se atribuye a los paramilitares (curiosamente, los mismos paracos que han demostrado una profunda infiltración en el actual gobierno).
Muchos políticos (para no caer en el error de generalizar) han silenciado a sus opositores, la culpa ha sido atribuida a los diferentes actores del conflicto armado colombiano y a la delicuencia común. Es un método seguro, efectivo y que permite mantener el buen nombre de los padres de la patria.
Entonces, señor Chávez: ¿Desea ser el más popular en las encuestas? ¿Desea ser reconocido a nivel mundial? ¿Desea eliminar a esos molestos opositores? ¿Reducir la libertad de expresión? ¿Asesinar la democracia? ¿Salir impune? Le aconsejo que no lo haga de la forma que le ha hecho, deje a un lado su orgullo por unos momentos y aprenda de los maestros colombianos.
A la libertad y la democracia les gusta ponerse disfraz, y no se preocupe, al pueblo le gustan las fiestas de disfraces.
Nota Extra: Preocupante noticia, son muy preocupantes las declaraciones de Human Rights Watch.