Despierta Colombia, es hora de ir a clase
Muchos colombianos estan considerando la idea de destruir el parlamento (congreso), al mejor estilo de Guy Fawkes.
(Este es el primero de varios artículos sobre la «Para-Política»)
“Remember, remember, the fifth of November, the Gunpowder Treason and Plot. I see no reason why Gunpowder Treason should ever be forgot»
«Recuerden, recuerden, el cinco de noviembre, el complot y la traición de la polvora. No veo motivo alguno para que la traición sea alguna vez olvidada.»
Desde pequeño he tenido una extraña idea en mi cabeza, hoy en día me pregunto de quien la aprendí o en quien me inspiré para tomarla como verdadera, sin embargo, es una idea que ha resistido el ataque de argumentos y experiencias, una idea que ha sobrevivido al tiempo y al cambio que todos los humanos sufrimos, es una idea sencilla pero contundente: todos los politicos son corruptos.
Por supuesto, los fundamentos para mi conclusión han evolucionado con los años, los conocimientos han expandido mis puntos de vista y en ocasiones me han hecho dudar de mi planteamiento, sin embargo, y siendo fiel a la teoría falsacionista (tomar todo lo que no es falso como verdadero hasta que se demuestre lo contrario), no he encontrado una prueba contundente que me haga pensar lo contrario sobre los politicos; Esta idea entra en conflicto con uno de mis credos: «Toda generalización tiene su excepción», sin duda alguna no todos los politicos son corruptos (al menos, eso espero), pero el sentimiento general es amargo y desconfiado.
¿Se reduce mi idea a la politica colombiana? No estoy muy seguro, sin embargo, este artículo no pretende escaparse del suelo tricolor, los trapos sucios se lavan en casa.
Cuando salgo a caminar por nuestras calles siento curiosidad por las personas, toda la estructura política de nuestro país está tambaleandose y, sin embargo, el pueblo parece inmutable, observamos las noticias cómo si fueran de una nación lejana o un simple juego más de los grandes «Doctores», la mayoría de las personas han desarrollado una insensibilidad política poco saludable, ¿De verdad a nadie le interesa? Quizás no sea eso, pienso que muchos colombianos, al igual que yo, hemos tenido la idea de una política corrupta, y todos los hechos reciente son una triste confirmación de nuestras viejas y tristes deducciones.
Somos el país del olvido, nuestro único nobel se ha encargado de repetirlo hasta el cansancio en su gran variedad de obras, parece que cuando nuestro país (por país, entiendase pueblo) recibe un golpe lo suficientemente fuerte como para despertar, solo cambia de posición, abre los ojos por un segundo y con un fuerte bostezo regresa al largo letargo, y a la comodidad de permitir que otros manejen sus riendas.
La «Parapolítica» ha generado un escándalo sin precedentes, y aún así parece confirmar lo que ya sabíamos desde hace un par de décadas, nuestro sistema democratico se encuentra plagado de injusticias, los favores políticos (comunmente conocidos como «palancas») conforman la diplomacia rutinaria, muchos votos son comprados, las personas son intimidadas y amenazadas, las ideas han sido reemplazadas por fúsiles y gritos ahogados, Colombia se está sofocando poco a poco en un mal recurrente, un mal que tiene muchas caras y ramificaciones que ni el presidente de la república se salva de nuestras dudas.
Cuando alguien con el poder suficiente para no ser asesinado se decidió a hablar, nuestros más grandes temores se han confirmado y ahora nuestra estructura política tiene que afrontarse a su más grande prueba en muchos años: la desconfianza.
Alisten sus crispetas señores, el circo acaba de empezar.
[Jkrincon Out]
Imagen de disposableheroine.
Al leer esta frase » ¿De verdad a nadie le interesa?» Recordé algo que estaba leyendo hace poco …» ¿Que es lo que hace que Colombia sea un país capaz de soportar toda infamia, incapaz de reaccionar y de hacer sentir su presencia su grandeza?
Muchos aventuran la hipótesis de que esa aparente pobreza de espíritu y esa debilidad de carácter se deben a características biológicas y genéticas de la población: seria pues, la expresión de una fatalidad ineluctable.
Otros sostienen lo mismo con respecto a los índices de criminalidad: revelarían una incurable enfermedad, y harían, de nosotros un pobre pueblo sin salvación y sin remedio.
Pero la vdd es que nuestros índices de violencia y nuestra actual ineptitud política son hechos históricos susceptibles de explicación. Mas aun se diría que las explicaciones son tan evidentes e incluso tan sencillas que se requiere de estupidez o malevolencia para aventurar dictámenes fatalistas.» William Ospina.
«Cuando alguien con el poder suficiente para no ser asesinado se decidió a hablar» ,solo nos dio la certeza de algo que ya sabiamos.
JK..es muy bueno hacer analísis de la que sucede en la vida polítca de nuestro país, si todo el pueblo colombiano se interesara por lo que sucede en el país y supieran de verdad de política, no repitirian a cada instante la historia llena de los mismos errores, por eso cuando encuentro un escrito como éste, me llena de esperanza saber que los jóvenes tienen ideas claras y críticas y «que todo es posible para el que cree, para elque lucha y no se deja vencer..»