Un estado en Facebook es insuficiente

La industria del entretenimiento parece creer que sus clientes somos una manada de criminales desalmados sin el más mínimo respeto por el valor del contenido que consumimos. Cree que sólo nos interesa la gratuidad y que internet, tan anarquista e incontrolable, no es más que un simple mercado negro de piratería.

La piratería en internet no es un problema de dinero sino de servicio. Hay un enorme público que desea entretenerse a cualquier hora del día desde la comodidad de su computador. Cuevana triunfa por lo práctica y eficiente que es. Si llegase a desaparecer, ¿dónde está la alternativa legal que supla ese vacío? Netflix, por ejemplo, acierta con un buen precio pero no sólo llegó penosamente tarde a Latinoamérica sino que tiene un catálogo de películas y series muy reducido (principalmente porque la industria, esa misma que ha invertido vastos recursos en tumbar páginas con contenido pirata, es terca y se aferra a sus modelos de difusión obsoletos).

Internet cambió el panorama. Ya no hay fronteras, los costos de distribución son casi nulos y, más que nunca, los artistas pueden dar a conocer su trabajo y estar cerca de sus admiradores. La libertad y la facilidad son pilares de la cultura web, y hay modelos económicos muy exitosos que han sabido comprender esto (Indaguen sobre Steam, una tienda de juegos online). La respuesta no es, como pretende la industria, violar la privacidad de los usuarios de internet en una cruzada perdida contra la piratería.

Pero, como ellos no entienden, es tiempo de tomar las riendas. Las protestas tumbaron SOPA y PIPA, pero esos proyectos son sólo el síntoma de un virus que ve la violación de la privacidad y la libertad como la única salida contra la piratería.  Hollywood no gastó cerca de 100 millones de dólares en lobby (un eufemismo que esconde la palabra «soborno») para irse tranquilo después de una derrota. Ya hay otros proyectos que, con más sutileza, pretenden hacer lo mismo (ejemplo: Protect Children from Online Pornographers Act).

Fue lindo ver un montón de mensajes pro-libertad en Facebook pero protestar es insuficiente. ¿Qué podemos hacer? Empezar por Colombia. ¿Qué tal si agregamos «todo colombiano tiene derecho a un internet libre, neutral y sin intervención alguna» a nuestra Constitución, quizás en su artículo 20? Aprovechemos, además, que Santos y su congreso desean pasar a la historia: presionemos para que se digitalicen todos los trámites estatales (empezando por los procesos judiciales) y para que la cobertura de internet se expanda. La unión y el progreso de nuestro país encontrará un gran aliado en la tecnología.

En cuanto a la industria del entretenimiento, empecemos a fomentar modelos que sean dignos de este siglo. Apoyemos todo artista o proyecto que (1) no venda un producto altamente restringido y (2) entienda la dinámica de internet.

Es tiempo de leer, proponer y debatir. Es tiempo de tomar nuestros derechos online en serio. Nuestra generación cuenta con un gran número de herramientas a su disposición para hacer que nuestra voz se escuche y construir una nueva realidad. Es nuestro deber usarlas.

En un mundo donde las libertades personales se reducen cada vez más con fundamento en el miedo y en el «bien común», internet quizás sea nuestra última trinchera de una libertad que no responda a los intereses económicos de los más poderosos. Es necesario que la defendamos.

Actualización: En una conversación derivada de este artículo me hicieron caer en cuenta de un punto importante. La noción de «sin intervención alguna» debe ser discutida y explicada de manera adecuada pues, por ejemplo, podría impedir que se expidan leyes destinadas a limitar lo que las empresas en internet pueden hacer con los datos de sus usuarios. Lo importante (y mi intención con este artículo) es que se empiecen a realizar diálogos sobre el tema donde surjan puntos tan interesantes como el que acabo de mencionar. Gracias a esto podremos enfrentar los retos de internet y construir un marco legal adecuado que no violente nuestras libertades.

Segunda actualización: En el ámbito de las propuestas, interesante leer la siguiente columna: SOPA de ideas por Santiago Espinosa.

Tercera actualización: Otra idea, esta vez desde Forbes: You will never kill piracy, and piracy will never kill you por Paul Tassi [Inglés]

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