Con cuidado por el sendero de la paz

Fotografía ©2008 ~Just-enjoy-x3

Por primera vez en mucho tiempo debo admitir que mi pluma tiembla (bueno, estoy escribiendo en un teclado pero permitanme la metáfora) al escribir, estoy caminando sobre la delgada línea que separa lo analítico de aquello que puede ser considerado insensible, me preocupa herir sentimientos y susceptibilidades, quizás pecar por inocente, sin embargo es necesario expresar lo que siento.

Primero y más importante: Estoy muy feliz por la liberación de los 15 secuestrados, es conmovedor presenciar el regreso a la libertad de personas que se vieron privada de ella por una década entera, el mundo y la Colombia que conocian cuando fueron secuestrados ha cambiado, para bien o para mal, de forma radical. Solo hay que escuchar a Ingrid Betancourt cuando nos contaba que existen momentos en los cuales se ha sufrido tanto, que simplemente llega a pensar que la felicidad no es para uno.*

Los rostros de los liberados son una clara muestra de lo poco humano que es el secuestro, ninguna revolución que defienda al pueblo puede tener secuestrados, les arrebata el derecho de tener cualquier argumento. El país necesita un cambio pero los ciudadanos no deben pagar con sus derechos humanos por el mismo, no existe tal cosa como los secuestrados políticos, todos somos personas iguales y tenemos derecho a respirar con libertad y vivir sin miedo. Por esto las FARC pueden borrar las dos letras finales de su nombre, pues solo son fuerzas armadas, inclusive, lo de fuerzas ya puede llegar a cuestionarse.

Dejando en claro mi felicidad por la libertad de los secuestrados, es prioritario mantener la cabeza centrada en los sucesos recientes. La noticia resulta muy inquietante y trae consecuencias en todos los aspectos de nuestras instituciones políticas, el momento de la liberación/rescate parece perfecto para un gobierno que ha visto cuestionada su credibilidad y legalidad, si me permiten citar a V quiero decir que, al igual que Dios, yo no creo en las coincidencias.

El día anterior a la milagrosa operación jaque, la Corte Suprema publicó un comunicado en el cual le pedía al presidente Uribe acatar los mandatos judiciales, de una manera educada y elaborada el país escuchó las aclaraciones de los magistrados, cumpliendo sus funciones y pidiendole al presidente que deje de lado las ideas populistas y se enfrente a las instituciones públicas establecidas por la constitución. Pero cierto, la constitución es reformable ¿verdad presidente?.

En uno de los peores pasos en falso que ha dado el gobierno, el presidente amenazó y denunció de guerrilleros a los magistrados de la Corte (curioso que solo decide denunciarlos cuando se ve atacado), y convocó a un referendo para preguntarle al pueblo si se debían repetir las elecciones del 2006, sabiendo muy bien que lo cuestionado por la Corte no ha sido la elección sino el acto legislativo que permitió la releeción y modificó la constitución, ya conocen ustedes las dudas sucitadas por el cohecho de Yidis Medina.

Uribistas y opositores concordaron** en el error cometido por el presidente al pedir un referendo innecesario, Uribe tenía el agua hasta el cuello y el país estaba comenzando a despertar de su letargo, un poco de luz alcanzaba a iluminar las dudas del ciudadano común y se empezaba a ver que San Uribe no era tan santo después de todo. Entonces liberaron a Ingrid.

Similar a un canto de sirenas, la noticia del rescate sirvió de hechizo para borrar el pasado reciente de la mente de los colombianos, el país sonreía al unísono y todos alababan al presidente. Sin duda una victoria de la seguridad democrática y un punto a favor del rescate armado, hasta aquellos partidiarios del intercambio humanitario parecían convencidos de que el método de Uribe era el correcto. Pero, si me permiten, yo si tengo una duda, en realidad son varias.

Dejemos a un lado las teorías que afirman el pago de un dinero a las FARC por la liberación de los secuestrados, quisiera pensar y creer que el rescate es el fruto de una inteligencia militar sin precedentes en Colombia, saber que el dinero empleado en el entrenamiento de nuestras fuerzas armadas ha funcionado. Sin embargo, la sola formulación de la teoría y la fuerza que ha ganado entre las personas demuestra el nivel de credibilidad que tiene nuestro gobierno, ya nadie le cree.

En todo caso, suponiendo que la liberación es una prueba del éxito que producen los rescates armados, quiero llamar a la cautela. Se han presentado muchos casos en los cuales los secuestrados han terminado muertos, victimas de fuegos cruzados e intentos fallidos por parte del ejército. Me preocupa que todas las personas quieran darle la razón al gobierno solo por un caso exitoso, lo pongo de una manera muy sencilla: Si una vez practicamos sexo sin protección y nos libramos de un embarazo o una enfermedad, ¿Eso significa que podemos tener siempre sexo sin protección y quedar inmunes a las dos consecuencias ya mencionadas? Estoy apelando al sentido común, no podemos tomar tantos riesgos cuando hay vidas humanas en juego.

Una vez en libertad, los rescatados entraron por la puerta grande al hermoso circo que ha construido nuestro gobierno, los medios de comunicación cubrieron la noticia de forma emotiva. Incluso RCN se encargó de hacer montajes, con música de fondo y edición de película, usando imagenes del reencuentro de Ingrid Betancourt con sus hijos. Apuesto que más de un colombiano lloró y le agradeció al cielo por enviarnos al Mesías presidente Uribe. Claro, no se les puede culpar, nadie se quiere acordar de un sistema de salud roto, una economía en picada, una educación con muy bajos estandares y mucho menos de los chanchullos del gobierno cuando tenemos, por primera vez en mucho tiempo, una razón para sonreir.

Aprovechando el boom mediático, el ministro Juan Manuel Santos aprovechó para hacerse fotografiar con su premio y no abandonó a Ingrid en ningún momento. ¿El resultado de tanto cariño? El ministro subió en las encuestas para la presidencia y es un fuerte candidato para continuar con la seguridad democrática de nuestro actual presidente. No lo estoy llamando interesado ni mucho menos, solo que la política me ha enseñado que ninguna sonrisa es gratis.

Otra duda que tengo, ¿Ahora cuál será la cara para las marchas anti-secuestro? Han soltado a Ingrid, sujeto de la preocupación internacional y objeto de discusión y súplicas a lo largo de todos los años que estuvo en cautiverio; Los tres norteamericanos ya se encuentran en su tierra natal y en la selva solo quedan unos 600 colombianos, ninguno con grandes credenciales políticas ni nativos de alguna potencia, solo son unos pobres condenados que cayeron en manos de las FARC por defender a nuestra patria, esa que centra su atención en una sola secuestrada y no se emociona por la liberación de 11 militares y policias, algunos con más años en el monte que Ingrid. Pero claro, ninguno de ellos ganará elecciones o venderá revistas.

No es justo que este hecho sea usado como arma política, estan jugando con los sentimientos y el criterio del pueblo colombiano. Eso no es democracia, es populismo.

Una última duda, la liberación ¿Soluciona todos nuestros problemas? ¿Le devuelve la credibilidad al presidente? ¿Es prueba del funcionamiento de la seguridad democrática? ¿Borra los efectos de un congreso altamente influenciado por el paramilitarismo? ¿Desaparece el cohecho por el cual fue condenada Yidis? ¿Arregla la economía de nuestro país? ¿Soluciona el enfrentamiento entre poderes públicos? ¿Le da meritos a Uribe para un tercer mandato? Podría continuar pero todo se puede resumir en una sola frase: No podemos permitir que nuestra euforía nuble nuestro criterio, nuestro país no está bien y hay un gato encerrado en la Casa de Nariño.

Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Quisiera felicitar al presidente Uribe por este triunfo pero no lo haré, tampoco felicitaré al ministro de defensa, quiero aprovechar este espacio para los militares, su trabajo de inteligencia, la astucia y la tenacidad empleadas son muestras de que existen héroes en nuestro país. Solo hay que ver a los 11 liberados que hacen parte de las fuerzas de orden público, resistir una decada en cautiverio exige mucho más que resistencia, requiere coraje, valentía y por encima de todo mucho corazón. Quiero dedicarle este escrito a ellos y a todos los policías y militares de Colombia, cualquier persona que esté dispuesta a dar su vida por su patria, merece una reverencia.

Muchas gracias muchachos, ustedes me hacen creer en este país.

[Jkrincon Out]

3 Comments on “Con cuidado por el sendero de la paz”

  1. TOTALMENTE DE ACUERDO…Q VAINA CON TANTA IGNORANCIA EN N UESTRO PAÍS..ME REFIERO CLARO A LOS Q TODAVIA NO QUIEREN VER, CUAL ES LA MANERA DE MANEJAR LA POLITICA..CUANDO YA SE TIENE PODER, ES CASI IMPOSIBLE DERRUMBAR ESTOS IMPERIOS CON MATICES CORRUPTOS.

  2. Sí….Eso no nubla muchas cosas…puede que hayan tenido exito en esta campaña (¡y menos mal! porque si por cosas de la vida algo hubiera salido mal, y alguno hubiera muerto, hubiera sido mortal para Uribe, la comunidad internacional le hubiera caido feo)….Pero cuantas victorias más de este tipo hemos tenido por obra y gracia de nuestro Presidente?, y en que otros campos diferentes a este hemos ganado batallas?…Pues ya lo decia Cervantes en «Don Quijote de la Mancha»: <>

    Jk, lo hiciste de nuevo…

    Pd: Ves que el día nuevo trae mejores frutos? 😉

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